¿En qué me ayuda un proceso de naming?

#Branding #naming

Me encantaría decir que la mayoría de los nombres de marca han nacido gracias a la ayuda profesional de una consultora de branding. Pero todos sabemos que no es así.  Dar un nombre a la criatura es de las primeras cosas que piensa y hace el emprendedor y en muy rara ocasión se recurre a ayuda externa.

Como la vocación de Plázida es ayudar a los emprendedores innovadores con propósito a crear y gestionar sus marcas, he recopilado unos cuantos motivos por los que crear un nombre de manera profesional puede ser de gran ayuda.

#Un nombre para cuando seas mayor

Pensar en grande es cuestionar lo que se da por obvio, considerar nuevos ángulos, atrevernos a soñar, descubrir cuál es nuestra cajita y salir de ella. Explorar posibilidades, buscar conexiones inesperadas …A los pequeñitos en general nos cuesta imaginarnos qué seremos de mayores. Una mirada externa experimentada puede ayudar a que el nombre de tu empresa no se te quede pequeño en un futuro próximo. Recuerda que luego es muy difícil de cambiar .Y es muy caro y cansino pelearse contra uno mismo.

#Nacido de un proceso que sabemos que funciona

Crear un nombre produce mucha impaciencia, como ya comentamos en un post anterior. Pero seguir un proceso garantiza que el briefing es el adecuado, que se han explorado en profundidad muchos caminos, que se es consciente de cuáles son las tendencias de naming de la competencia y que no hay sorpresas finales porque hay una verificación registral previa. Es terrible enamorarse de un nombre que finalmente no es registrable… Hay que dar tiempo para que se haga una lista larga y una buena selección y también para que la consultora prepare su mejor presentación y te trate como si fueras del Ibex 35. Merece la pena hacerlo bien. Créeme.

#Para que tengas éxito

Llegar al nombre adecuado no es fácil. Una vez que lo hayas logrado, sea mérito de la consultora de branding o sea una propuesta interna la finalmente elegida,  celébralo, aunque sea de forma simbólica. Es el pistoletazo de salida de un nuevo emprendimiento, o el lanzamiento de una nueva marca de producto o el comienzo de un reposicionamiento de percepciones no deseadas. Y vas a convivir con él mucho tiempo. Tanto, que tu mismo te asombrarás del apego y la identificación que te provoca. Y si has encontrado este Santo Grial, ¿no merece la pena al menos un brindis?

#Desde la estrategia y el diseño

La estrategia y el diseño son como el padre y la madre. Un buen nombre de marca debe estar unido por su cordón umbilical con una estrategia de marca. Si no está definida, es el momento de hacerlo. Debe también poder logotiparse. Aunque los diseñadores gráficos son verdaderos expertos en convertir en logotipo cualquier ocurrencia, juguemos a su favor -que es también el nuestro. Es difícil logotipar una frase. Es  difícil crear un logotipo sin saber quienes somos y qué tipo de percepción queremos crear, sin que haya unos atributos de estilo deseado y un tono de voz definido. Ya sabemos que hasta que no hay imagen de tu marca en el público al que quieres llegar, no hay marca. Si definimos que nuestro nombre debe ayudar a que nos perciban de determinada manera, estamos en el germen para actuar bien y no tendremos que corregir posteriormente.

#Y te atrevas a destacar

Lo de construir una marca tiene que ver con atreverse. Atreverse a destacar entre opciones aparentemente similares, a ser uno mismo, a construir sobre los propios valores, a tener un sueño y ponerse en el carril para conseguirlo. Si contratamos este servicio profesional, es porque queremos ser diferentes. No es una buena idea elegir un nombre que se parece mucho al de mi competencia. Es más, es la mejor manera de regalarle posiciones en Google, cada vez que nuestros clientes se equivoquen. Hay mucho ruido ahí fuera como para lanzar algo que suene a “déjà vue”. No atreverse a ser diferente es muy antieconómico. Al lanzar una marca no esperes una gran explosión, pero al cabo del tiempo ser original siempre se rentabiliza.

#No hay que contentar a todo el mundo                 

Parece que de los nombres de marca tiene que opinar todo el mundo. Los familiares, los amigos, el camarero del bar en que te tomas el café, las personas con las que te cruzas por la calle…En fin. Esto suele llevar aun estado de confusión muy lamentable ya que no hay criterio más allá de la propia opinión. El nombre es una decisión estratégica y como tal debe seguir los cauces habituales de todas las decisiones estratégicas. Involucrar a todas las personas de la empresa en el proceso sí, hacer un referendum entre todos nuestros colegas no, porque probablemente nos estemos cargando nuestra mejor opción.

#Dale una oportunidad al feillo                  

Hay muchas maneras de enamorarse y si bien es verdad que la primera impresión cuenta mucho y que la tripa decide más de la cuenta, recomiendo que los nombres que han pasado por un primer filtro se dejen reposar al menos un día. Es increíble pero hay nombres que crecen y se afianzan, que de repente cobran luz y amplitud. Hay nombres cuyos matices van apareciendo con los días y todo encaja como un puzzle. Espera y dale una oportunidad.

#Tírate a la piscina…hay agua

En ocasiones, pocas la verdad, no acaba de tomarse una decisión y la cosa se alarga y se complica muchas veces sin necesidad. Es una decisión de marketing crucial, pero no olvidemos que dilatar la decisión conlleva parar toda la maquinaria comunicativa. Con cabeza, pero es importante decidir.

#Tu nombre es tu historia

Si alguien te pregunta por qué la marca se llama así, la explicación debería salir sola y ser convincente, ayudar a vender tu negocio. Por ejemplo Plázida se llama así porque queremos crear una marca sensación, que cuando la pronuncies te calme y te lleve al estado de ánimo que necesitas para crear. Tampoco es casual que sea femenina, la energía que está cambiando el mundo también lo es. Cuando entres en una empresa, pregunta por qué se llama así. Te ayudará instantáneamente a comprender muchas cosas. Hay nombres que funcionan como reliquias y muchos que huelen a naftalina, no se cambian porque es extendida la creencia de que los nombres tienen superpoderes y que si cambia el nombre, el negocio se derrumba. Y así nos va.

#Porque el nombre…es sólo un nombre

Un nombre de marca no tiene que decirlo todo. Si es demasiado evocador, podemos acompañarlo de un tagline descriptivo. Si, por el contrario, es un nombe descriptivo, quizás interese completar su comunicación con un tagline que sugiera valores o atributos de personalidad. Además del tagline, se definen un conjunto de mensajes clave para las diferentes audiencias y está la página web y todos los mensajes que se irán desgranando en la comunicación en medios y en el diálogo en redes sociales.  No sirve de nada torturar un nombre para intentar que quepa en él más significado del deseable o del que es necesario. El nombre identifica, trabaja sobre todo el quién soy. Algunos branders defienden incluso que su significado no importa, que puede ser una caja vacía que vas cargando de significado. Todos conocemos marcas muy bien posicionadas con nombres inventados y hasta imposibles de pronunciar. Para mí, el verdadero bingo es conseguir el nombre que entronque con la esencia diferencial y ayude a contarte. No siempre es posible pero creo que es una aspiración lícita.

#No seas tímido

Pídenos presupuesto. Que de verdad que no es caro. Y lo vamos a hacer con todo nuestro cariño y experiencia. 

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